En estos momentos el sector automotriz se está viendo afectado por otra crisis, la de los microchips. Tras el impacto económico que ha producido la pandemia, ahora, se ven obligados a detener la producción de vehículos por la falta de ese diminuto microprocesador que es indispensable en un coche moderno. La consecuencia, escasez de vehículos ensamblados, y retraso en las entregas de las unidades vendidas. Se estima que hasta mediados del año 2022 continúe el problema, por lo que Renault está creando estrategias para mantener las ventas.
Ante esta complicada situación, Renault ha propuesto una opción interesante. Cuando un cliente vaya a comprar un vehículo en el concesionario, se le dará como siempre, una fecha de entrega precisa que no se puede postergar, al llegar el día, si el vehículo no está listo, inmediatamente se le entregará uno de alquiler sin coste alguno por el tiempo que sea necesario.
Representantes de Renault aseguran que la estrategia es dar unos plazos de entrega acordes con la realidad, contemplando además posibles contingencias, por lo que no implica grandes riesgos para la empresa, pero si representa un compromiso con el cliente, y un aumento seguro de las ventas gracias a la confianza que esta medida está generado en los usuarios.
Renault se ha centrado en una esmerada atención al cliente, por lo que ahora, ofrecen únicamente en España el “Fast track”, que garantiza un plazo menor a los 30 días para entregar el modelo Renault Captur, el todoterreno familiar que se fabrica en el país. Esta nueva estrategia de ventas, reduce a la mitad el plazo promedio para otorgar el vehículo, priorizando la fabricación del modelo, como su posterior distribución, para que el cliente comience a disfrutar de su coche en el tiempo acordado.