Poco coches tan vendidos como el Renault Scenic han sido capaces de cambiar tanto de un año para otro. Quizás Citroën, con su C4 Picasso, es el único referente comparable. Se presenta con gran variedad de motores: los más llamativos son el dCi 110 diésel y el TCe 130 de gasolina. También existen versiones de diésel de 1,2 litros y 1,5 litros, así como de 3 cilindros de gasolina. Sin embargo, el diésel es especialmente recomendable, sobre todo cuando transportamos grandes pesos en carga o pasajeros. Ahora bien, para moverse fuera de la ciudad, la gasolina es la mejor opción.
Este modelo incluye grandes avances en sistemas de seguridad activos, ofrece una estética espectacular y posee la mayor bota del mercado. Sin embargo, existen vehículos con más espacio para almacenamiento y compartimentos con puertas más grandes. Además, distintas propuestas no híbridas son más ecológicas que el modelo Energy dCi 110, pues emite 100 g/km de CO2 y más de 72 mpg. El Renault Scenic ofrece finura y sensibilidad en la conducción, aunque lógicamente no es un modelo deportivo ni puede compararse a ellos. Quizás el ruido provocado por el viento en los espejos retrovisores es el único hándicap que altera la relajación al conducir.
Entre las novedades, sorprende la elevación de la altura del auto y el descenso del techo. Con todo, la cabina de conducción representa el 80 % del volumen total, incluso incluye algunas zonas de almacenamiento en ella. Como detalles ergonómicos, apreciarás la guantera deslizable, cuyo tamaño es el de una cesta de la compra, y el reposabrazos central, que también puede deslizarse para albergar un bolso de mano. Además, incorpora mesas plegables infantiles.
Con todo, sus ruedas son la innovación más sobresaliente. Actualmente son de 20 pulgadas, tan grandes como las de algunos sedanes de lujo muy bien valorados. Su resultado es óptimo y, al viajar, se desenvuelven a la perfección.